La vista es uno de nuestros sentidos más preciados. Contemplar un amanecer, un atardecer, deleitarte con el mar… Placeres que el tiempo emborrona en forma de miopía, hipermetropía o astigmatismo. ¿Por qué aparecen estos defectos? ¿Son reversibles o no hay manera de detenerlos? ¿Es tan buena la cirugía refractiva como recomiendan muchos profesionales de la salud visual?
Esos ojos. Con ellos ves todo lo que te rodea. Disfrutas deleitándose con unas y preferirías no tener que ver otras, pero de todo tiene que haber en la vida. Y la vista es uno de los sentidos más preciados que tenemos. Sentido que, con el paso del tiempo, pierde sus facultades originales. Lo que seguramente te esté ocurriendo ya. Si estás leyendo con dificultad este texto, bien necesitas gafas para hacerlo, bien agrandar la letra, es que tu vista ya no es lo que era. Llámalo miopía―visión borrosa de los objetos lejanos―, astigmatismo ―visión borrosa de las imágenes verticales, horizontales o diagonales― o presbicia ―vista cansada―.
Deficiencias que afectan a tu vista y que, cuando llegan, conducen irremediablemente al uso de lentes para recuperar la calidad visual original. Las gafas, o en su defecto, las lentillas. Y hay personas que aceptan de buen grado una u otra solución, pero también las hay que no las pueden ver ni en pintura… ¿En qué grupo te encuentras tú? ¿Te ves con gafas? ¿Usarías lentillas? ¿Sí o no?
Si eres de los segundos, de los que no las quiere ver ni en pintura por las razones que sean, que sepas que existe un conjunto de técnicas llamado cirugía refractiva que elimina o minimiza los defectos mencionados que afectan a tu vista. En nuestro caso, optamos por estos tres tipos de tratamientos, siempre de la mano de los mejores profesionales:
LASIK: es la técnica más utilizada para corregir la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Se basa en el uso de un láser de baja potencia que corrige la forma que tiene la córnea con el objeto de mejorar la visión del paciente. En este caso, se trata de una medida permanente, es decir, que con ella dejarás de usar gafas o lentillas, si es que ya las estabas usando.
PRK: esta técnica se emplea con pacientes en los que no es aconsejable el uso de LASIK bien por las características de la córnea, bien por la actividad del paciente.
Lentes intraoculares fáquicas: está indicada para pacientes con alta o moderada hipermetropía o miopía, o bien que poseen córneas delgadas y que no pueden ser operados con ninguna de las dos técnicas anteriores.
¿Los resultados? Saltan a la vista. Y nunca mejor dicho. Operaciones sencillas y que se adaptan a tus necesidades. Pero siempre con un claro objetivo: que vuelvas a ver como antes. Y nada vale más en el mundo que el placer de ver las cosas como son con tus propios ojos. ¿O no?
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