Todos hemos vivido la ausencia de un ser querido. A veces sucede por una lejanía inesperada por circunstancias de trabajo, otras por una ruptura -que siempre es dolorosa- y otras por lo más inevitable de todo: la muerte. El coaching en los procesos de cambio se revela entonces como una extraordinaria herramienta.
Lo primero es siempre la aceptación, pero llegar a ella no es fácil. La desaparición de un familiar cercano es algo que no queremos que ocurra pero que tenemos que aceptar, son personas sin las que creíamos que no podríamos vivir pero a las que tenemos que dejar marchar. En la vida aprendemos cosas que no queríamos saber y convivimos con situaciones que no querríamos enfrentar. Pero para algunas cosas sólo estaremos listos cuando ya hayan sucedido.
Los cambios son más o menos previsibles o absolutamente inesperados, por breve tiempo o para siempre. Te mudas a otra casa, una persona querida desaparece, te divorcias, pierdes tu trabajo o inicias uno nuevo…
Cada situación, especialmente cuando alguien se va, implica un cambio de etapa. Tenemos la sensación de que es un final, pero con cada final se inicia algo nuevo.
Si sabemos que es algo que va a pasar, hay que centrarse en ese evento futuro y prepararnos. Los cambios siempre generan estrés; y habrá que utilizar las herramientas que nos ayuden a adoptar una estrategia, programar los rituales que nos ayudarán a superarlos
Siempre hay un periodo de adaptación. Durante este periodo, decimos adiós a lo que ya forma parte del pasado, tomamos lo mejor de él pero con el objetivo de impulsarnos hacia el futuro. El coaching de apoyo se ha manifestado como un arma poderosa para focalizar tu energía en el objetivo que quieras alcanzar, ya sea cerrar un proceso de duelo o afrontar un futuro diferente.
En el periodo de transición, se diría que tratamos de adquirir una identidad nueva, pero en realidad nuestra verdadera identidad, aquello que nos conforma, es nuestra personalidad. La personalidad está formada por el carácter y nuestras capacidades, pero también por memoria y voluntad. La personalidad es la arquitectura que tiene nuestra mente; y siempre volvemos a ella cuando los nuevos acontecimientos nos sacuden; y se impone la necesidad de nuevas competencias.
La transición de nuestra historia debe desarrollarse de forma coherente: aprender del pasado, reafirmarnos en el presente e intentar prever el futuro. La habilidad para entender las acciones que necesitamos realizar hacia nuestros objetivos y convertirlas en una historia con significado, es esencial. Cuando se nota una ausencia en la familia, esta debe reconfigurarse, rendir homenaje al que se fue, pero al mismo tiempo retomar y encarnar los mejores valores que esa persona nos transmitió. De ese modo la ausencia cobra un sentido y podemos superarla.
El coaching en los procesos de cambio funciona como un punto de apoyo para estos periodos de transición:
- Focaliza tu objetivo en la nueva situación
- Pone en marcha acciones para conformar tu nueva historia
- Descubre los pasos que debes dar para conseguir el objetivo
Si estás en un proceso de cambio o duelo, no dejes de buscar ayuda si lo necesitas. Aprenderás que cada momento de cambio es una oportunidad para el aprendizaje.
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